Una escapada especial y de esas que decides a última hora. El destino, cerca de mi tierra, Altea. A tan solo 1 hora y media de Murcia. Un descubrimiento muy bonito. Un pueblo con un casco antiguo divino.
Casas blancas, calles estrechas de piedra, sin coches ni ruidos. Unas tindecitas que te dan ganas de llevártelo todo, unos restaurantes a cual más precioso... En definitiva un viaje para no olvidar. Y lo mejor, que lo tenemos en España.
Una visita muy recomendada.
Precioso restaurante con terraza. Cocina elaborada
Plato preferido: bocata de calamares y la tortita con gambas (tienen otro nombre pero se me olvidó)
Mariscada en el puerto de Calpe.
Aquí te vuelven un poco loca... los camareros se tiran a por ti para que te sientes en su restaurante y agobian un poco pero bueno; yo creo que son todos muy parecidos.
Casco antiguo
Look: a partir de ahora me veréis mucho con outfit blancos y nude, este es el color que he elegido para el verano...
Mirador frente a la iglesia
Pastelería De Sabors (en el casco antiguo), una de las más famosas
Un desayuno completo, con unas vistas increíbles, que parece que estas en Cancun y un poco de meditación y estiramientos para desconectar de verdad!!
Por la tarde, antes de cenar hicimos el circuito de Spa, y a cenar al japonés que tiene el propio hotel (aunque van por separado)
Consejo: llevar gorros y chanclas, porque os cobran si os lo tiene que dar
El restaurante japonés Kitsume que se encuentra dentro del propio hotel, tiene una buena cocina, pero el sitio no es ni bonito ni tiene el ambiente de la mayoría de restaurantes japoneses. Se lo podrían currar más.
Gracias a él, los días son más especiales y bonitos....
Me despido de esta escapada, con este vestido de Zara muestras (thader Murcia)